Ser una persona diferente puede resultar muy excitante. Hacerse pasar por otra persona, tener otra actitud, portarse de una manera más mesurada o bien con más carácter, puede resultar muy ameno.
No en balde, los actores y actrices estudian para esto y lo transforman en su profesión, actuar, como la música y otras formas artísticas, como la pintura o bien la escritura, nos libera. Podemos hacer de todo, podemos ser una persona mezquina y atroz, o bien dulce y mesurada.
Podéis quedar en un día, y un sitio. Vestir la mejor lencería, y os hacéis pasar por otra persona. Una mujer extranjera de negocios, que está de paso en la urbe. Un hombre que ha perdido el transporte y precisa alojamiento de forma urgente. 2 personas en la biblioteca que cruzan una mirada y se hallan en el servicio, para dejarse llevar por el éxtasis.
Da lo mismo la historia o bien el guion, lo esencial es que exista comunicación eficiente, que se acuerde a qué se jugará y de qué manera se quiere jugar. Es que exista un proceso de toma de resoluciones, y que se lleguen a acuerdos. Si se hace sin meditar asimismo puede salir bien, no es preciso planearlo todo al milímetro, la improvisación puede ser una buena aliada.
Debemos eludir salirnos del papel, y las escenas pueden ser desde realistas: policías y ladrones, médicos y personas enfermas, bomberos y personas salvadas, y un largo etc.. O bien asimismo pueden ser fantasías alocadas, como vampiros, hombres lobo, seres sobrenaturales en general… No existen límites, solo los de tu imaginación, y los que ponga la otra persona, claro.
Uno de las principales fantasías en las mujeres es de disfrazarse de prostituta y tener sexo por dinero con su pareja y ser penetrada y tratada como una puta, como solo un objeto sexual.
Imagínate en una escena en la que te cautivan. Te hallas atada, y tienes una venda en los ojos. No sabes dónde estás. ¿Te agrada esa idea? Si no te agrada, no pasa nada. Puedes probar otra cosa.
Imagina una escena donde cautivas. Eres un bailarín de flamenco y tienes delante a una diosa de ébano a la que le dedicas el baile más apasionado de tu vida. ¿Tampoco te agrada esta idea?
Probemos otra. Imagina que eres una mujer, y que otra mujer te cautiva (si bien tenga un pene entre las piernas, o bien no), la piel suave, los pechos turgentes… Imagina.
Tú pones los límites a tus juegos y fantasías. Recuerda, con permiso, respeto y buena comunicación, los límites los pones cuando quieras .
No en balde, los actores y actrices estudian para esto y lo transforman en su profesión, actuar, como la música y otras formas artísticas, como la pintura o bien la escritura, nos libera. Podemos hacer de todo, podemos ser una persona mezquina y atroz, o bien dulce y mesurada.
Podéis quedar en un día, y un sitio. Vestir la mejor lencería, y os hacéis pasar por otra persona. Una mujer extranjera de negocios, que está de paso en la urbe. Un hombre que ha perdido el transporte y precisa alojamiento de forma urgente. 2 personas en la biblioteca que cruzan una mirada y se hallan en el servicio, para dejarse llevar por el éxtasis.
Da lo mismo la historia o bien el guion, lo esencial es que exista comunicación eficiente, que se acuerde a qué se jugará y de qué manera se quiere jugar. Es que exista un proceso de toma de resoluciones, y que se lleguen a acuerdos. Si se hace sin meditar asimismo puede salir bien, no es preciso planearlo todo al milímetro, la improvisación puede ser una buena aliada.
Debemos eludir salirnos del papel, y las escenas pueden ser desde realistas: policías y ladrones, médicos y personas enfermas, bomberos y personas salvadas, y un largo etc.. O bien asimismo pueden ser fantasías alocadas, como vampiros, hombres lobo, seres sobrenaturales en general… No existen límites, solo los de tu imaginación, y los que ponga la otra persona, claro.
Uno de las principales fantasías en las mujeres es de disfrazarse de prostituta y tener sexo por dinero con su pareja y ser penetrada y tratada como una puta, como solo un objeto sexual.
Imagínate en una escena en la que te cautivan. Te hallas atada, y tienes una venda en los ojos. No sabes dónde estás. ¿Te agrada esa idea? Si no te agrada, no pasa nada. Puedes probar otra cosa.
Imagina una escena donde cautivas. Eres un bailarín de flamenco y tienes delante a una diosa de ébano a la que le dedicas el baile más apasionado de tu vida. ¿Tampoco te agrada esta idea?
Probemos otra. Imagina que eres una mujer, y que otra mujer te cautiva (si bien tenga un pene entre las piernas, o bien no), la piel suave, los pechos turgentes… Imagina.
Tú pones los límites a tus juegos y fantasías. Recuerda, con permiso, respeto y buena comunicación, los límites los pones cuando quieras .